UN TEXTO SOBRE
PALINGENESIA VEGETAL
(Sergio Fritz Roa)
INTRODUCCIÓN
Como sabemos el término palingenesia es
griego (el compuesto de dos palabras: “palin”= nuevo; y “génesis”= nacer) y
puede ser traducido como renacimiento,
volver a nacer.
En el texto que más
abajo reproduciremos se nos presenta la clásica doctrina alquímica de la
posibilidad de un renacer, aplicada esta vez al mundo vegetal. Este
renacimiento toma por base generalmente la revivificación a través de las
cenizas, las cuales contendrían la esencia de las plantas.
Aun cuando la idea
de la palingenesia es rastreable desde hace miles de años, relacionada
especialmente con la resurrección de los cuerpos y el mito del fénix, será solo
a partir de Paracelso cuando se nos hable de la posibilidad concreta de aplicar
esta doctrina hermética a los hombres en su “De natura rerum” (1573).
(El
fénix, símbolo de resurrección e inmortalidad)
Será durante el siglo
XVII cuando la palingenesia adquiere gran fuerza, teniendo entre sus defensores
varios científicos de primer nivel: Joseph
Duchesne (también conocido como Du Chesne; y cuyo seudónimo fue Quercetan o Josephus Quercetanus), el inglés Kenelm
Digby,
el jesuita Athanasius Kircher (1),
Gottfried Voigt, Jacques Gaffarel, Johann Ludwig Hannemann y Sebastian Wirdig
(2).
Como hemos visto, la
palingenesia surgió inicialmente como algo propio de la Espagiria y destinado
al mundo vegetal, pero luego se pensó en la posibilidad de aplicar estos
principios a los animales e incluso a los seres humanos, lo cual ocasionará
serios debates teológicos y éticos. Aun cuando la palingenesia puede hallar una
justificación en la idea de la resurrección de los cuerpos, sin embargo, según algunos teólogos tal labor corresponde
de manera exclusiva a Dios, y no necesitaría por tanto de la ayuda del hombre.
Ahora bien, los
alquimistas –al menos los cristianos y musulmanes-siempre han dicho que su
labor no es crear (atributo exclusivo de Dios), sino que desentrañar la
naturaleza y ayudarla en el proceso de perfección.
El tema, no puede
negarse, es controvertido; y es muy factible que estos dichos de los
alquimistas monoteístas tengan como única razón el evitar sospechas de herejía.
Respecto al homunculus paracelsiano, digamos que no
es más que una aplicación de la palingenesia llevada al reino humano. Sin duda,
fue esta idea de Paracelso la que provocó a la censura dogmática de su tiempo.
En el mundo de los cabalistas hebreos la idea del Golem tiene vínculos con la
del homunculus, no siendo del todo
imposible que el médico alemán la haya tomada de aquéllos. En magia se habla
también de la creación de seres, pero normalmente son astrales y no corporales.
Posiblemente uno de
los últimos Adeptos que lograron resultados positivos en materia de
palingenesia sea Archibald Cokren, de quien se dice que habría elaborado una
especie de árbol metálico (3).
En un plano muy
distinto, y ya en el mundo de la literatura fantástica, debe recordarse que un
escritor moderno como Howard Phillips Lovecraft cita en su relato “El extraño
caso de Charles Dexter Ward” a un tal Borellus, cuyas frases explican de manera
sencilla la palingenesia:
“Las Sales de los
Animales pueden ser preparadas y conservadas, de modo que un hombre hábil puede
tener toda el Arca de Noé en su propio Estudio, y reproducir la forma de un
hermoso Animal a vountad partiendo de sus cenizas, y por el mismo método,
partiendo de las Sales esenciales del Polvo humano, un filósofo puede, sin
ninguna nigromancia delictiva, reproducir la forma de cualquier Antepasado
muerto que haya sido incinerado” (4).
EL
TEXTO
En el “ALMANAQUE ASTROLÓGICO” (excelente
anuario del cual en otros escritos hablaremos) correspondiente al Año IV (1936), publicado por Editorial
Cultura, en Santiago de Chile, hallamos en la “Sección Experimental” un
interesante artículo titulado “PALIGENESIA” y firmado por J.B.Deschamps.
Buscando más información al respecto, nos dimos cuenta que en verdad se trata
de un resumen de las páginas 160 a 164 del libro de Rodolfo Putz: “BOTÁNICA OCULTA. LAS
PLANTAS MÁGICAS SEGÚN PARACELSO” (Editorial Pons, Barcelona, S/F; hay edición
del año 2006 en Editorial Maxtor, Valladolid), obra excelente como pocas hay en
materia de Espagiria en español.
De todas formas, y
a pesar de su brevedad puede sernos muy útil para relacionarnos con algunos
conceptos alquímicos y prácticas de la Obra Menor (alquimia vegetal).
A continuación, el
texto sobre palingenesia vegetal incluido en el “ALMANAQUE ASTROLÓGICO”:
CONCLUSIÓN
De la lectura del texto encontramos
procesos y materias de clara raíz alquímica. Así, por ejemplo, todo parte en la
nigredo o muerte, en este caso de la
planta. Esta es la primera etapa de la Opus. Otras etapas que se indican son la
destilación y la fermentación. También se menciona como elemento fundamental
para la revivificación el uso del rocío. Sabemos bien las cualidades de esta
materia celestial, como para extendernos aquí.
La palingenesia de las plantas es una
ciencia que solo poco Adeptos han sabido obtener; y de la cual el autor del
texto reciente en caso de ser uno de éstos creemos que silenció ciertas
manipulaciones o “trucos”.
NOTAS:
(1)Ver:http://www.ecovisiones.cl/diccionario/K/KIRCHER_ANASTASIO.htm
Sobre este importante sabio jesuita se cree que resucitó una rosa desde sus
cenizas ante la presencia de la Reina Christina de Suecia, el año 1687.
(2) Ver de Michael Martin: “Love's
Alchemist. Science and resurrection in
the writing of Sir Kenelm Digby”. Artículo incluido en “Prose Studies: History,
Theory Criticism” (2010), disponible on-line en: http://dx.doi.org/10.1080/01440357.2010.528920
(3) “La alquimia redescubierta y restaurada (Fragmento)”. Archibald Cockren. (Traducción,
introducción y notas complementarias de Sergio
Fritz Roa). En: http://my.opera.com/mercurioradiante/blog/la-alquimia-redescubierta-y-restaurada-fragmento-a-2
(4) H.P.Lovecraft.
Incluido en “Obras escogidas”, Ediciones Acervo, Barcelona, 1966, p.307. Borellus
podría ser en verdad uno de estos sabios: el mago, cabalista y alquimista Johannes
Bureus (latinizado normalmente como Johan Bure); el físico y matemático italiano
Giovanni Alfonso Borelli; o tal vez el
francés Pierre Borel.
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Para una versión en PDF de este artículo:
www.bajoloshielos.cl/palingenesia.pdf
© Sergio Fritz Roa,
2012.
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