lunes, 19 de enero de 2015

DE “EL CLUB DUMAS” A “LA NOVENA PUERTA”. INCUNABLES, MAGIA... Y ¡ACCIÓN! (Sergio Fritz Roa)

DE “EL CLUB DUMAS” A “LA NOVENA PUERTA”. INCUNABLES, MAGIA... Y ¡ACCIÓN!

Omnes vulnerant, postuma necat”




No soy cinéfilo, a pesar que al igual de muchas personas considero a la actividad cinematográfica como un gran arte. Sin embargo, hay dos películas que cada cierto tiempo me agrada ver. De alguna forma resumen mis intereses y búsquedas en lo Oculto. Se trata de “Ojos bien cerrados” (del director Stanley Kubrick) y “La novena puerta” (de Roman Polanski). La existencia de sociedades secretas, de ritos sexuales vinculados con ellas y el peligro de acercarse a los conocimientos arcanos, son características comunes a ambas. Una vía de la Mano Izquierda se expresa en ellas. Pero, también y, precisamente por ello, el empleo del poder.

Cuando vi por primera vez “La novena puerta” aun no era librero, pero desde hacía un tiempo había empezado a considerarlo como una posibilidad. Luego de verla debo haber pensado algo así: Si alguna vez lo soy, intentaré ser un especialista en esoterismo, y alguien que se dedique a ediciones de viejos grimorios; que busque extraños textos donde magos modernos relaten su experiencia y manuscritos valiosos.

El tiempo en este oficio, algo me ha permitido hacer. Y así han pasado por mis manos los primeros números de la “Sociedad Teosófica” en Chile; muchos libros de Levi, Crowley, Papus, Mathers; Masonería, Rosacrucismo, Alquimia; libros de magos como Jorge Adoum y Miguel Serrano, con bellas dedicatorias y sus firmas; algunos de los escasos textos del Maestro Raaknaif y su discípulo privilegiado Hilarius Novenus; entre otros. En mi colección personal tengo la primera edición de “El museo de los brujos, magos y alquimistas” de...,. la cual es una de las más importantes enciclopedias sobre el tema, repleta de bellas láminas que reproducen decenas de grabados antiguos; la primera edición de “Les fables égyptiennes et grecques” del amante de la Alquimia, Dom Antoine-Joseph Pernety; y ejemplares de una colección de materiales que se entregaban a los estudiantes de una en extremo hermética organización chilena (“Círculo Mental Madel Shadel”), donde se menciona incluso procesos de magia sexual, en una época en que pocos habían siquiera oído hablar de estas cosas. (Aunque no tiene indicación de fecha, el tipo de papel, las referencias que se dan en las lecciones, etc. permiten pensar que se trataría de un material de la década de los 40-50). Lo interesante es que ninguno de mis amigos y cultos clientes ha sido capaz de agregar más información sobre tal Orden. Además, las enseñanzas de Magia Sexualis son tratadas en clave, donde las letras del alfabeto fueron cambiadas de orden, por lo que solo las anotaciones marginales del aspirante a Adepto me permitieron hacer la decodificación.

En la película en comento, hay una serie de temas que cautivaron mi atención: el mundo de la bibliofilia, la mención a raros y buscados textos de magia, la aparición de una misteriosa y atractiva mujer, que sería finalmente una bruja (el arquetipo de Lilith), y los ritos de una orden oscura.



Viendo los créditos me enteré que la obra fílmica de Polanski se basó en la novela “El club Dumas”, del escritor Arturo Pérez-Reverte, a quien ya conociera por la lectura de dos de sus obras relacionadas con Alatriste, héroe español que el escritor ha logrado crear de manera plausible. Cuando tuve la novela, pude comprender desde las primeras páginas que la película era una adaptación no muy literal a aquélla; pero, este hecho no desmerece en nada la película, pues Polanski más que al tema manuscrito Dumas, a lo que sí dio importancia del thriller del español, fue a lo relacionado con la búsqueda de un libro llamado “Las nuevas puertas”, que contendría las xilografías de otro texto: el “Delomelanicon”, el que daría las claves para invocar ni más ni menos que a Lucifer.

Un cazador de libros raros, llamado Lucas Corso será el elegido para autenticar uno de los tres ejemplares sobrevivientes de “Las nueve puertas”, texto que habría sido quemado por la inquisición, quedando solo un ejemplar, según la leyenda. Pero, por informaciones recogidas por Varo Borja (un librero especializado en textos para bibliófilos), habrían tres; siendo él poseedor de uno de los ejemplares. Mientras que Corso es una persona pragmática y cuyo único interés se reduce a obtener el mejor precio por los libros que halla; Borja es el auténtico bibliófilo, un ser apasionado y amante de libros sobre el diablo, que está dispuesto a hacer lo imposible por obtener un texto de su afición.

La búsqueda de “Las nueve puertas” dará pie a increíbles aventuras, donde se mezclan el misterio, el dinero, el coleccionismo, el sexo, la ambición... y la Magia.

Como en “Ojos bien cerrados”, la historia central no es la más mostrada o visible, sino una más oculta. Mientras que en “Ojos bien cerrados” el tema principal parecería ser la infidelidad amorosa, cuando en realidad lo es la existencia de una poderosa sociedad de ritos sexuales; en “El Club Dumas”, la trama del manuscrito de Alejandro Dumas que inicia el libro y le da el título a éste, es menos importante que la historia vinculada a “Las nueve puertas”.

“El Club Dumas” por este hecho, por la trama, la existencia de conocimientos esotéricos que llegan a nuestros días, la dualidad verdad-falsificación (o impostura), y la crueldad de algunos de sus personajes, me ha recordado a una de mis obras predilectas de Arthur Machen: “Los tres impostores”. Si las Nornas lo permiten, algún día haré un escrito que pueda comparar ambas obras.

Desde un punto de vista exotérico, el texto es un gran homenaje a la literatura de aventuras como al folletín: Dumas, Sabatini, el Poe de “Los crímenes de la calle Morgue”, Christie y Conan Doyle, por ejemplo. En estructura recuerda a “El péndulo de Foucault” de Umberto Eco y, como adelantamos, al Arthur Machen de “Los tres impostores”.

La novela nos muestra dos mundos desconocidos para la mayoría de la gente: El del saber mágico; y el de los bibliófilos y su gran amor por los libros (por los cuales no dudan en pagar altísimas cifras).

La presencia de una misteriosa mujer que ayudará a Corso, vinculada a luchas de ángeles y demonios,
hará aun más atractiva la novela. ¿Quién es? ¿Cuál es su nombre, que revela Pérez-Reverte, como algo sin importancia? Irene Adler (en verdad su seudónimo, el que alude a la única mujer que admirase Sherlock Holmes; su real nombre nunca se revela) representa a Lilith, la amante espiritual de Adán o a la Reina de Saba, mencionada en los escritos de Miguel Serrano. Es ella la que conoce el Juego, quien es consciente que hay una Velo de Maya, y que puede ayudar al viajero a quitarlo. En el libro desempeña también el papel de protectora o ángel-guardián de Corso.

“¿Qué papel juegas en esta historia?”, preguntará Corso; a lo que ella responderá: “Ya lo dije. Cuidar de ti”.

Este papel de ángel-guardián aparece en la película “Ojos bien cerrados”, donde una prostituta drogadicta dará su vida para salvar al médico William Harford (interpretado por Tom Cruise), protagonista principal de la historia.





En ambos casos, una mujer es el ángel: la que protege y tiene el conocimiento de lo que está acaeciendo, a diferencia del personaje principal, que representará al iniciado.

Con conocimiento o solo por intuición Pérez-Reverte ha dado una pista para reconocer a esta Reina de Saba, y que autores como Serrano y Lugones han esbozado en sus escritos: ¡la mirada! Esa forma de mirar no es de este mundo... Su mirada es de fuego o de hielo; vida y muerte están contenidas allí.

Como dato curioso de la obra, hay una mención a Fulcanelli; pero, donde el autor no acierta. Se refiere a que el gran alquimista en sus citas a textos herméticos, inventaría la mitad de ellos. Esto no es efectivo. Yo he buscado la bibliografía a la que recurre Fulcanelli, y he comprobado la autenticidad sino de todos (salvo los manuscritos que menciona estarían en bibliotecas francesas, a la cual no he accedido) de la inmensa mayoría.

El recurso a un libro dentro del libro (el “Delomelanicon” inserto en “Las nueve puertas”) que usa Pérez-Reverte en la novela es un mérito literario de mi agrado. Recuerdo a autores sufíes que señalan que el “Qur´an” además de contener al “Qur´an” en tanto mandato divino, incluiría a otro libro que sería la suma de las misteriosas letras de apertura de muchas suras, y donde se hallarían claves esotéricas cuya comprensión está reservada a los ´awliyya Allah (santos de Allah) y a los auténticos gnósticos.

Un atento observador hallará de provecho tanto al libro como a la película que se basó en éste: podrá, por ejemplo, ver algunos arquetipos y episodios recurrentes a todo quien se encamina por el camino de la Magia. Y en verdad ello no es poco.




16 y 17 de Enero de 2015, en la Montaña Mágica