DE
“EL CLUB DUMAS” A “LA NOVENA PUERTA”. INCUNABLES, MAGIA... Y
¡ACCIÓN!
“Omnes
vulnerant, postuma necat”
No soy cinéfilo, a
pesar que al igual de muchas personas considero a la actividad
cinematográfica como un gran arte. Sin embargo, hay dos películas
que cada cierto tiempo me agrada ver. De alguna forma resumen mis
intereses y búsquedas en lo Oculto. Se trata de “Ojos bien
cerrados” (del director Stanley Kubrick) y “La novena puerta”
(de Roman Polanski). La existencia de sociedades secretas, de ritos
sexuales vinculados con ellas y el peligro de acercarse a los
conocimientos arcanos, son características comunes a ambas. Una vía
de la Mano Izquierda se expresa en ellas. Pero, también y,
precisamente por ello, el empleo del poder.
Cuando vi por
primera vez “La novena puerta” aun no era librero, pero desde
hacía un tiempo había empezado a considerarlo como una posibilidad.
Luego de verla debo haber pensado algo así: Si alguna vez lo soy,
intentaré ser un especialista en esoterismo, y alguien que se
dedique a ediciones de viejos grimorios; que busque extraños textos
donde magos modernos relaten su experiencia y manuscritos valiosos.
El tiempo en este
oficio, algo me ha permitido hacer. Y así han pasado por mis manos
los primeros números de la “Sociedad Teosófica” en Chile;
muchos libros de Levi, Crowley, Papus, Mathers; Masonería,
Rosacrucismo, Alquimia; libros de magos como Jorge Adoum y Miguel
Serrano, con bellas dedicatorias y sus firmas; algunos de los escasos
textos del Maestro Raaknaif y su discípulo privilegiado Hilarius
Novenus; entre otros. En mi colección personal tengo la primera
edición de “El museo de los brujos, magos y alquimistas” de...,.
la cual es una de las más importantes enciclopedias sobre el tema,
repleta de bellas láminas que reproducen decenas de grabados
antiguos; la primera edición de “Les fables égyptiennes et
grecques” del amante de la Alquimia, Dom Antoine-Joseph Pernety; y
ejemplares de una colección de materiales que se entregaban a los
estudiantes de una en extremo hermética organización chilena
(“Círculo Mental Madel Shadel”), donde se menciona incluso
procesos de magia sexual, en una época en que pocos habían siquiera
oído hablar de estas cosas. (Aunque no tiene indicación de fecha,
el tipo de papel, las referencias que se dan en las lecciones, etc.
permiten pensar que se trataría de un material de la década de los
40-50). Lo interesante es que ninguno de mis amigos y cultos clientes
ha sido capaz de agregar más información sobre tal Orden. Además,
las enseñanzas de Magia Sexualis son tratadas en clave, donde
las letras del alfabeto fueron cambiadas de orden, por lo que solo
las anotaciones marginales del aspirante a Adepto me permitieron
hacer la decodificación.
En la película en
comento, hay una serie de temas que cautivaron mi atención: el mundo
de la bibliofilia, la mención a raros y buscados textos de magia, la
aparición de una misteriosa y atractiva mujer, que sería finalmente
una bruja (el arquetipo de Lilith), y los ritos de una orden
oscura.
Viendo los créditos
me enteré que la obra fílmica de Polanski se basó en la novela “El
club Dumas”, del escritor Arturo Pérez-Reverte, a quien ya
conociera por la lectura de dos de sus obras relacionadas con
Alatriste, héroe español que el escritor ha logrado crear de manera
plausible. Cuando tuve la novela, pude comprender desde las primeras
páginas que la película era una adaptación no muy literal a
aquélla; pero, este hecho no desmerece en nada la película, pues
Polanski más que al tema manuscrito Dumas, a lo que sí dio
importancia del thriller del español, fue a lo relacionado
con la búsqueda de un libro llamado “Las nuevas puertas”, que
contendría las xilografías de otro texto: el “Delomelanicon”,
el que daría las claves para invocar ni más ni menos que a Lucifer.
Un cazador de libros
raros, llamado Lucas Corso será el elegido para autenticar uno de
los tres ejemplares sobrevivientes de “Las nueve puertas”, texto
que habría sido quemado por la inquisición, quedando solo un
ejemplar, según la leyenda. Pero, por informaciones recogidas por
Varo Borja (un librero especializado en textos para bibliófilos),
habrían tres; siendo él poseedor de uno de los ejemplares. Mientras
que Corso es una persona pragmática y cuyo único interés se reduce
a obtener el mejor precio por los libros que halla; Borja es el
auténtico bibliófilo, un ser apasionado y amante de libros sobre el
diablo, que está dispuesto a hacer lo imposible por obtener un texto
de su afición.
La búsqueda de “Las
nueve puertas” dará pie a increíbles aventuras, donde se mezclan
el misterio, el dinero, el coleccionismo, el sexo, la ambición... y
la Magia.
Como en “Ojos bien
cerrados”, la historia central no es la más mostrada o visible,
sino una más oculta. Mientras que en “Ojos bien cerrados” el
tema principal parecería ser la infidelidad amorosa, cuando en
realidad lo es la existencia de una poderosa sociedad de ritos
sexuales; en “El Club Dumas”, la trama del manuscrito de
Alejandro Dumas que inicia el libro y le da el título a éste, es
menos importante que la historia vinculada a “Las nueve puertas”.
“El Club Dumas”
por este hecho, por la trama, la existencia de conocimientos
esotéricos que llegan a nuestros días, la dualidad
verdad-falsificación (o impostura), y la crueldad de algunos de sus
personajes, me ha recordado a una de mis obras predilectas de Arthur
Machen: “Los tres impostores”. Si las Nornas lo permiten, algún
día haré un escrito que pueda comparar ambas obras.
Desde un punto de
vista exotérico, el texto es un gran homenaje a la literatura de
aventuras como al folletín: Dumas, Sabatini, el Poe de “Los
crímenes de la calle Morgue”, Christie y Conan Doyle, por ejemplo.
En estructura recuerda a “El péndulo de Foucault” de Umberto Eco
y, como adelantamos, al Arthur Machen de “Los tres impostores”.
La novela nos
muestra dos mundos desconocidos para la mayoría de la gente: El del
saber mágico; y el de los bibliófilos y su gran amor por los libros
(por los cuales no dudan en pagar altísimas cifras).
La presencia de una
misteriosa mujer que ayudará a Corso, vinculada a luchas de ángeles
y demonios,
hará aun más
atractiva la novela. ¿Quién es? ¿Cuál es su nombre, que revela
Pérez-Reverte, como algo sin importancia? Irene Adler (en verdad su
seudónimo, el que alude a la única mujer que admirase Sherlock Holmes; su
real nombre nunca se revela) representa a Lilith, la amante
espiritual de Adán o a la Reina de Saba, mencionada en los escritos
de Miguel Serrano. Es ella la que conoce el Juego, quien es
consciente que hay una Velo de Maya, y que puede ayudar al
viajero a quitarlo. En el libro desempeña también el papel de
protectora o ángel-guardián de Corso.
“¿Qué papel
juegas en esta historia?”, preguntará Corso; a lo que ella
responderá: “Ya lo dije. Cuidar de ti”.
Este papel de
ángel-guardián aparece en la película “Ojos bien cerrados”,
donde una prostituta drogadicta dará su vida para salvar al médico
William Harford (interpretado por Tom Cruise), protagonista principal
de la historia.
En ambos casos, una
mujer es el ángel: la que protege y tiene el conocimiento de lo que
está acaeciendo, a diferencia del personaje principal, que
representará al iniciado.
Con conocimiento o
solo por intuición Pérez-Reverte ha dado una pista para reconocer a
esta Reina de Saba, y que autores como Serrano y Lugones han esbozado
en sus escritos: ¡la mirada! Esa forma de mirar no es de este
mundo... Su mirada es de fuego o de hielo; vida y muerte están
contenidas allí.
Como dato curioso de
la obra, hay una mención a Fulcanelli; pero, donde el autor no
acierta. Se refiere a que el gran alquimista en sus citas a textos
herméticos, inventaría la mitad de ellos. Esto no es efectivo. Yo
he buscado la bibliografía a la que recurre Fulcanelli, y he
comprobado la autenticidad sino de todos (salvo los manuscritos que
menciona estarían en bibliotecas francesas, a la cual no he
accedido) de la inmensa mayoría.
El recurso a un
libro dentro del libro (el “Delomelanicon” inserto en “Las
nueve puertas”) que usa Pérez-Reverte en la novela es un mérito
literario de mi agrado. Recuerdo a autores sufíes que señalan que
el “Qur´an” además de contener al “Qur´an”
en tanto mandato divino, incluiría a otro libro que sería la suma
de las misteriosas letras de apertura de muchas suras,
y donde se hallarían claves esotéricas cuya comprensión está
reservada a los ´awliyya Allah (santos de Allah) y a
los auténticos gnósticos.
Un atento observador
hallará de provecho tanto al libro como a la película que se basó
en éste: podrá, por ejemplo, ver algunos arquetipos y episodios
recurrentes a todo quien se encamina por el camino de la Magia. Y en
verdad ello no es poco.
16
y 17 de Enero de 2015, en la Montaña Mágica
Como de costumbre, apabullante su erudición y atinado el comentario... Creo haber visto la película hace tiempo, y recuerdo que el final me desconcertó. Quería preguntarle: ¿leyó "El Mago", de Somerset Maugham? Hace poco lo desempolvé, le reconstruì la carátula y lo releí, encontrando que no me había engañado mi recuerdo en cuanto a los méritos de esa novela, una excepción dentro de la obra del gran escritor inglés (me privilegió hace mucho con una respuesta a mi carta, que guardo enmarcada), que por lo general se atiene a un realismo elegante y urbano para sus tramas, y en esta, en cambio, supo evocar terrores primigenios a la manera de los grandes, como Machen y otros. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarBuenas tardes, estimado. Se agradecen sus palabras. Leí hace unos 3 ó 4 años "El mago". Me pareció muy interesante. Eso sí Crowley no queda bien parado. Un fuerte abrazo desde el Sur eterno y mágico
ResponderEliminar¿Qué decir? Pues que me parece un artículo genial, y un blog muy interesante (lo acabo de descubrir). Sin duda esa es mi película favorita y me marcó en muchas cosas. Seguramente sea la culpable (inconscientemente) de que me haya convertido en un bibliófilo compulsivo, con una biblioteca de más de 2.000 volúmenes, teniendo sólo 24 años... Maravillosos los temas tratados y pienso seguir revisando todo su blog. Un saludo.
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